Vitoria- De las amenazas y los sabotajes a los explosivos. La intensa campaña de hostigamiento y boicot dirigida contra los candidatos del PP, PNV y PSE por parte de la izquierda abertzale dio un salto cualitativo con la colocación de un artefacto de fabricación casera en los bajos del vehículo particular del candidato socialista a la Alcaldía de Getaria, José Antonio Elola, que estaba estacionado en la calle Mintegi de la localidad guipuzcoana de Zarauz, en el «sitio habitual», cerca del centro en el que trabaja como profesor.
Terrorismo callejero
El artefacto, compuesto por elementos pirotécnicos y un recipiente con líquido inflamable, no explotó como estaba previsto, por lo que no se produjeron daños en el automóvil. La Ertzaintza, que fue alertada por una vecina que observó el humo que salía del vehículo, vincula el ataque con el terrorismo callejero, si bien mantiene la investigación abierta.
Según confirmó el propio Elola, que conoció la noticia por una llamada de su mujer, la Policía Autónoma Vasca halló «una bolsa con unas botellas debajo del coche». «Parece que el detonador o el petardo ha explotado, pero no ha prendido las botellas, y que la intención era quemar el coche», añadió.
Pese al ataque, el candidato del PSE mostró su disposición a seguir en la brecha política, al tiempo que aseguró conocer «de qué entorno» viene el ataque. «El que no lo sepa es que no lo quiere ver», aseveró. Asimismo, explicó que es la primera vez que es «directamente» víctima de un ataque, aunque a su alrededor sí había sentido «la presión terrorista». Su hermano, Patxi Elola, portavoz del PSE en el Ayuntamiento de Zarauz, ha sido el objetivo de los proetarras en varias ocasiones. En la tregua de 1999 le quemaron su furgoneta y un almacén y ha sufrido amenazas.
El Ayuntamiento de Zarauz, gobernado por Eusko Alkartasuna, expresó su «más profundo desprecio» hacia quienes «insisten en la práctica de la violencia». De hecho, todos los partidos legales condenaron el ataque. Todos menos Acción Nacionalista Vasca (ANV), a pesar de rechazar la violencia en sus estatutos, ante la primera ocasión que se le ha presentado para que lo hiciera. Tampoco la ilegalizada Batasuna que, con Arnaldo Otegi al frente, compareció en Pamplona sin permitir preguntas.
Este hecho ha llevado a la AVT a plantearse emprender acciones legales para instar a la ilegalización de ANV y del Partido Comunista de las Tierras Vascas, la marca abertzale con nueve escaños en el Parlamento vasco, que tampoco en esta ocasión emitió condena alguna.
El resto de partidos vascos coincidió en exigir a ANV y a Batasuna un rechazo claro del ataque. El secretario del PSE de Guipúzcoa, Miguel Buen, calificó el ataque de «intento de atentado» contra Elola y realizó dos emplazamientos. A ANV, a que condene lo sucedido; y al resto de partidos, a que «dejen claro a este mundo» que sus representantes no están en las instituciones porque «sigue existiendo ETA y porque son incapaces de separarse» de ella.
La candidata del PP a la Alcaldía de San Sebastián, María José Usandizaga, víctima también del acoso terrorista, advirtió: «O nos unimos todos contra ETA, o no nos va a dejar vivir». El portavoz del PNV, Iñigo Urkullu, pidió a la ciudadanía que a través de las urnas «ponga en su sitio» a la izquierda abertzale que permanece callada ante la violencia.
Por último, el Gobierno vasco, en un comunicado, además de condenar «rotundamente» todos los ataques sufridos por los candidatos, reprochó a la «izquierda autonomista» que se pronunciase sobre el incesante acoso.
Además de las condenas políticas, cerca de doscientas personas se concentraron ante el Ayuntamiento de Zarauz para expresar su repulsa por el ataque. A la protesta silenciosa asistieron, entre otros, el propio Elola y su hermano Patxi; la alcaldesa de este municipio, Maite Etxaniz; el diputado general de Guipúzcoa, José Juan González de Txabarri, y la responsable de la Dirección de Atención de Víctimas del Terrorismo del Gobierno Vasco, Maixabel Lasa.
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